O’Rey Pelé: el sinónimo del fútbol
Hoy le decimos adiós al Rey Pelé, por lo que tenemos que abrir una reflexión sobre la mesa. Con la reciente coronación de Argentina como campeones del mundo, hemos debatido mucho en estos días sobre quién es el futbolista más grande de todos los tiempos: ¿Maradona?, ¿Messi?, ¿Pelé?, y es que, consagrarte campeón de la máxima fiesta del fútbol liderando a tu equipo no es algo típico, esa acción está reservada únicamente para los verdaderos elegidos, como si desde el nacimiento Dios los hubiera señalado para la grandeza tocando sus pies y haciéndolos capaces de cosas que son impensables para los demás mortales.
El legado del Rey Pelé
Acontecimientos desafortunados como el de hoy te hacen voltear forzosamente hacía atrás para ver todo el legado que dejó uno de los más grandes de todos los tiempos. Desgastarnos en poner lugares en un podio, pelarnos por ver qué jugador le ha dado más al fútbol o cosas banales como esas a estas alturas es algo inútil e innecesario porque jamás habrá un consenso común ni un parámetro igual para medir a tremendos jugadores.
En lo que sí estaremos de acuerdo es que hay jugadores que marcan época, que hay un antes y un después de que pisaron la cancha y patearon un balón y que más allá de logros individuales o trofeos ganados transmiten fútbol en estado puro.
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Y es que esto, es lo que fue y será el Rey Pelé, fútbol en estado puro, la alegría de meter un gol, el orgullo que da ganar un 1 vs 1, la emoción en el calentamiento antes del juego y esa indescriptible sensación de llevarte el triunfo después del pitazo final.
O’ Rey Pelé es sinónimo del fútbol, por todo lo que hizo dentro y fuera de la cancha, por lo que aportó al deporte que tanto amamos, porque logró antes que nadie guiar a su selección a ganar 3 mundiales, porque el balón hablaba a través de él y llevo esta palabra a lo largo y ancho del mundo.
No hay palabras suficientes para agradecer a ese joven que con 17 años maravilló a propios extraños, que unió al mundo en un grito de admiración. Hoy la pelota que tantas veces hiciste sonreir, llora tu partida y nosotros con ella. No hay ni habrá nadie parecido a ti.
Simplemente gracias, O’ Rey.